sábado, 8 de mayo de 2010

Cambiar el chip

Las cosas a veces son tan simples que nos parecen muy complicadas
Libro de la sencillez

Vera, mi gurú espiritual, consiguió enseñarme con el paso de los años que la felicidá reside en nosotros. También, me enseñó que hay personas que, consciente o inconscientemente, se dedican a boicotearla.

Pues bien

Me llamo Alejandro y he de decir que durante años me he dedicado a boicotear mi felicidá.


Pero un día dices: "nunca más"

Y empiezas a ver el lado bueno de las cosas, de todo.

A sentirte bien contigo mismo

A ser feliz, porque sí, porque no te merece la pena amargarte.

Y llega un momento en que sabes que esto no es una etapa: es un cambio de chip

Una limpieza a fondo de disco duro

Un cambio de polaridá: de negativo a positivo

Y cuando caes en la cuenta de que eres humano y que eres débil

Pero que eso es bonito, es bello

Y que el sufrimiento, el sufrimiento momentáneo y pasajero, es un ingrediente más de la vida

Que no debes sentirte mal por sentirte mal

Entonces empiezas a sentirte mejor

Y empiezas a subvencionar la felicidá



Mi mejor amigo Enrique (tengo muchos mejores amigos, no es plan ahora de hacer un ránking) me dijo: "quédate con lo bueno, deja lo malo".


Reflexionemos

jueves, 8 de abril de 2010

Repítelo: el dinero, el dinero no es nuestro dios

Estamos todo el día, dale que dale, toma que toma con la publicidá a cuestas.

La publicidá es el arte de hacer creer a seres humanos como usté y como yo que necesitamos imperiosamente unas cuantas cosas que ni siquiera sabíamos de su existencia.

La publicidá, la tele y el cine no enseñan la fama y al felicidá conseguida por lo que TIENEN, que gracias a lo que TIENEN han llegado a ser quienes SON (¿o quizá sea el revés? Ahora no me acuerdo)

Si todos aprendiésemos a disfrutar de esos pequeños momentos, esas pequeñas alegrías que pueden llegar a convertirse en enormes alegrías no habría crisis: es que nos sobraría la mitá del dinero.

El dinero esclaviza, se convierte en nuestro Dios más supremo. Los centros comerciales se convierten en su templo a donde todo el mundo acude religiosamente para gastarse ese dinero que tanto le ha costado ganar.

El dinero todo lo puede, está en todas partes, todo el mundo lo ama, lo quiere, lo necesita, por él se roba, se mata, se declara la guerra...

¿Seguimos creyendo que los problemas del mundo provienen de la religión? Digamos que provienen del Dios dinero.


¿Por qué se me ocurren estas reflexiones justo ahora que voy a empezar a trabajar?

P.D: Sé que no soy el primero que expone esta teoría, pero me apetecía decirlo

miércoles, 24 de marzo de 2010

El miedo (y la necesidá) de cambio

Lo reconozco: el cambio me da miedo, me aterra y me emparanoia.

No obstante, siento su necesidá, la idea de no quedarme atascado, el seguir adelante, el saber que (aunque soy de los que piensan que más vale malo conocido que bueno por conocer) el futuro siempre es mejor que el pasado y que lo natural es que las cosas mejoren (aunque no por ello todo tenga que ser maravilloso y perfecto. Odio la perfección y la "maravillosidá", pero eso es otro pos.)

Puede parecer todo lo anterior un tanto contradictorio, y quizá lo sea no seré yo quien diga que no, pero creo que me define bastante bien.

¿Por qué nos aterra lo nuevo?

Quizá, y hablo por mí, con lo que tenemos ahora sabemos a lo que atenernos y sabemos (o creemos saber) más o menos lo que va a pasar. Con lo nuevo todo cambia y todo son conjeturas.

La experiencia me ha demostrado que, probablemente, lo que pase sea lo que menos nos esperemos que pase...

...en consecuencia, he tomado la determinación de no pensar en el futuro

Sé que no la cumpliré totalmente (me conozco) pero sé que algo cambiará.

Algo es algo

Estoy en pleno proceso de renovación...

Espero que no acabe nunca, ojalá nunca dejamos de cambiar

lunes, 15 de marzo de 2010

La contagiosa alegría de vivir

La contagiosa alegría de vivir

Empiezo a escribir este blog sin idea de continuidá y, posiblemente, lo acabe dejando a la mitá (o al principio), pero últimamente está acaeciendo una serie de cambios (positivos) en mi existencia y creo merecen ser compartidos.

Tengo últimamente la sensación de que todo va bien, de que lo que va mal puede ir a mejor y de que lo que ya está bien puede incluso mejorar. 
Tengo un nivel de estrés en el límite justo entre el "tirarme de los pelos" y la "calma chicha", lo cual me permite seguir trabajando sin que peligre mi salú mental.
Tengo la sensación de sentirme querido y aceptado, cosa que si bien no es nuevo el que me quieran y me acepten, sí es novedoso que lo sienta y, lo que es mejor, siento que esa sensación es natural.
Por fin, he dejado de pensar en negativo y positivizarme de vez en cuando...

No sé, quizá la alegría se contagie y quizá esté padeciendo la contagiosa alegría de vivir... ¿quién sabe? ¿Acaso me importa?

¿Por qué será que siento una felicidá inexplicable? Que dure, que dure...., ¿por qué será que siento que tengo en mi mano el poder que lo haga durar?

¿Somos todos realmente dueños de nuestra felicidá y no nos damos cuenta...?

Felicidá... ¡qué bonito nombre tienes!

P.D: Tengo una nueva idea para una obra...